Las Hermanas y diversas voluntarias (En estos momentos hay dos estudiantes zaragozanas) recogen a los bebés, los cuidan hasta el año y los devuelven a sus familias. Dos terceras partes de los expedicionarios y el equipo son recogidos por un camión y una pick-up que nos mandan desde la Misión franciscana de las Hermanas de María, que nos van a acoger esta noche. Mientras charlamos nos preparan la cena (que hoy no es de racionamiento militar), tendremos alguna charla, y a la hora de dormir nos pelearemos como siempre con la mosquitera para poder descansar una noche más y poder seguir disfrutando de este increíble viaje. Es Pablo quien nos despierta esta vez, diciéndonos que metamos lo necesario para el día (y la noche) que nos espera en la mochila pequeña: «¡ El resto, animados por la aventura del día, y a la espera de que el camión nos recoja en segundo turno, iniciamos la marcha.
Sin embargo, la plaza mayor del pueblo es la denominada «Plaza del Gobierno», donde se habla de política, de religión, y donde se encuentra el curioso campo de fútbol de la localidad, en cuya parte central se alza un árbol de considerables dimensiones, árbol que lleva años allí y que no hace desistir a los correosos locales de practicar el que es segundo deporte rey en este lugar. Alex, aquí hay un senegalés que pregunta qué ha pasado con el árbol sagrado! Un senegalés arrastra hacia la orilla una moto de la que sólo se ve parte del faro, y el manillar. En Senegal todo tiene un color diferente: la gente es negra, las medusas son azules, y el Tye Ban Dyane (el típico plato senegalés) se parece a nuestra paella teñida de rojo. Además de los destartalados coches reconstruidos a base de piezas de otros, el vehículo utilitario por excelencia en Senegal son las motos.
En Salémata conseguimos ducharnos a base de colaboración, sacando agua de un pozo y llenando bidones. Las vistas (impresionantes) se basan en una playa que se extiende hasta el infinito con un bosque a setecientos metros del agua y con arenas blancas únicamente manchadas por los restos de basura y plásticos depositados. Pero este centro realiza una doble función: También forman para trabajar con ellos a senegaleses provenientes del campo, y hay en construcción un pabellón en el que se les impartirán clases de francés, hostelería o matemáticas. No porque no les quieran, sino por no atraer sobre ellos la atención de los espíritus que, por la noche, llegan para robárselos. Esta noche, cundo ya parece que el día está llegando a su fin, la hora de escribir y recordar comienza. Por otro lado, aquellas personas que no querían subir a la tribu se quedaron con algunos de los monitores en el poblado donde dormimos esta noche, camiseta de senegal 2022 hablando con los nativos. Caminamos alrededor de hora y media bajo el sol, y cuando nos dicen que llevamos siete kilómetros, los monitores llegan con el camión de bomberos y nos pegan un manguerazo.
Entre baches, canciones y calor abrasador, en hora y media llegamos en el País Bassari a la misión de las franciscanas. Esta mañana no hemos tenido deporte porque nos esperaba un largo viaje hacia País Bassari, aunque había dicho que época de lluvias era imposible llegar. Ha sido un día especialmente bonito aunque algo corto. Aún en un entorno seguro, se adaptan a las necesidades de la «supervivencia» social del día a día del grupo. Sin embargo, hay un asunto que urge y no puede esperar a la luz del día: la alimentación del grupo. Así es como viajan aquellos pobres valientes que deben huir en patera de este país, espantados por las miserias propias y atraidos por los supuestos lujos ajenos. Como siempre anochece pronto. Como capitán de barco, otea con su catalejo el horizonte y deja a su tripulación que maneje las velas y friegue la cubierta. Me he levantado con un miedo inmenso a cruzar el río, más bien a las consecuencias de ello. No es sólo que las «pardilladas», las preguntas tontas, los despistes, los «empanamientos», hayan descendido notablemente, se trata de algo menos explícito, más etéreo, pero no por ello menos perceptible. Ya verán, la tortilla española es uno de los valores patrios más echados de menos.